Es una técnica que se realiza en consulta, en un breve espacio de tiempo (10-15min). En primer lugar, valoramos  las expectativas del paciente, para así ofrecer el óptimo tratamiento. Realizamos un análisis de la dinámica facial del paciente, y así valorar  aquellas áreas a tratar. Posteriormente se realizan pequeños pinchazos con aguja hipodérmica muy fina que son perfectamente tolerados.

Una vez inyectada, la toxina botulínica bloquea determinadas señales nerviosas, que producen la contracción de los músculos. Los músculos se relajan, con lo cual se reducen las arrugas. Este efecto dura entre 3 y 6 meses, y luego las arrugas vuelven a reaparecer, por lo que se recomienda un uso regular para mantener unos resultados visibles y duraderos a lo largo del tiempo.